Sonríe a la vida.

Sonríe a la vida.

lunes, 27 de junio de 2011

Cómo un ángel, mi ángel.

Este restorán lo empecé con él. Yo cocinaba, él atendía: era una cuestión de dos. Me acuerdo que siempre discutíamos de porqué venía la gente, y el decía que era por la cocina y yo decía que por su atención. es que él era una cosa... el sí que era la especialidad de la casa, con esa sonrisa que tenía, ¡Aquél cartel luminoso! Imagínate, entraba la gente y ... ¡bum!, se encontraban con esa pintura, y ahí aparecía el chico mas verdadero: más alegre, más luminosao, y claro, el cliente pensaba que había entrado en, qué sé yo, en el Paraíso por lo menos. Entonces el pedía que le siguieran, que los iba a llevar a la mejor mesa. Eso se lo decía a todo el mundo, que los llevaba a la mejor mesa, y todos se lo creían porque si ell te llevaba, era la mejor mesa. Te hacía sentir como si fueras la único. Con los amigos nos reíamos porque cada vez que iba a la cocina, todos, eh, todos, mujeres, niños, hombres, todos, todos, se quedaban como embobados mirándole, no sabían si seguían en la Tierra, si era un fantasma, tenían miedo que no volviera. Y ahí los volvía a sorprender: anotando todo ahí, junto a la caja, paradita como por arte de magia, como un ángel, mi ángel.

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